Para celebrar que ya está en la calle mi primer trabajo editorial sorteo dos ejemplares y un pack de postales.¿Cómo conseguirlo?
Lorca escribió "El poeta pide a su amor que le escriba",así que yo también voy a pediros lo mismo,es tan sencillo como contarme qué autor o qué poema te gustaría encontrar ilustrado entre estas páginas.
Coincidiendo con el día del libro,el 23 de abril publicaré el nombre de los afortunados.
Mucha suerte y gracias!
Hola corazón! enhorabuena por la publicación y todos tus logros! ambos sabemos el largo camino recorrido y las trabas superadas desde aquellas tardes de dudas, inseguridades e incertidumbres entre pinceles de la facultad.
ResponderEliminarMi propuesta de poema es; ÍTACA de Konstantínos Kaváfis.
un enorme abrazo
Ultimamente me encanta leer a Jaime de Biezma. Me encantaría ver ilustrado por ti el poema:
ResponderEliminarResolución de ser feliz
por encima de todo, contra todos
y contra mí, de nuevo
-por encima de todo, ser feliz-
vuelvo a tomar esa resolución.
Pero más que el propósito de enmienda
dura el dolor del corazón.
Un abrazo.
Quería escribir, Gil de Biezma :^)
EliminarEn el árbol de la vida, se han encontrado las almas,
ResponderEliminarse juntan como simientes al encuentro de su calma,
se ponen todas bien juntas enraizando con sus ganas.
En el árbol de la vida florecen todas sus ramas,
que la sabia de su tronco son las almas bien juntadas,
que se juntan y se quieren y se miman con sus ganas.
En el árbol de la vida, ya todos somos el uno,
y todos estamos bien en el ahora y con ganas.
Los vientos mecen las risas que contagian con sus ganas,
acarician muy despacio los lugares bien sagrados,
los huecos que con las prisas dejamos muy bien sembrados,
los espacios que despiertos se secaron y olvidaron.
En el árbol de la vida están ya todas las ganas,
las que ya dejamos ir y las que vendrán de mañana
las que saludan sintiendo y las que juntas se agarran,
las que el tiempo oscureció y las que aclaró la mañana
las que son la vida y sol y las sombras olvidadas.
Todas las almas, todas se juntan en su morada
y contentas y con ganas se sienten vivas y llenas,
con los aires del recuerdo y las ganas encontradas.
En el árbol de la vida amaneció la mañana,
recordándonos a todos la misión ya casi olvidada.
La de vivir con la vida, la de rezar con la calma
la de compartirnos todos y reírnos con las ganas.
La de llorar por un tiempo
y de salir con más fuerza
De florecer con el canto y soñar con nuestras almas.
corrrrrrrrrrrrtázar!
ResponderEliminarte volverías loco tal vez!
pero qué experiencia eh! =)
Aunque suene un poco típico, yo elegiría a José de Espronceda y a su "Canción del Pirata" tal como ilustras sería bastante interesante ver que es lo que harías con algo tan conocido.
ResponderEliminarVoy a ser bueno, y por no querer llenar todo el espacio con la poesía entera voy a poner el primer cachito que es la que conoce todo el mundo:
CANCIÓN DEL PIRATA
Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, El Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.
Pues yo reivindico a Gloria Fuertes!
ResponderEliminar"Cayó teja del tejado,
sobre un pato mareado.
El viento en la azotea,
-se cayó la chimenea-.
Después de un trueno sonoro,
se calló hasta el loro.
Del pinar cayó una piña
e hizo un chichón a la niña.
Del balcón se cayó un tiesto
e hizo un chichón a Modesto.
(...)"
Fue la provocadora de que ahora, cada vez que escribo un cuento ¡Me salga con rima! Qué cosita!! Me quedo a la espera aquí sentadita! (¡Por dios que me toque aunque sea una postalita!)
Y yo uno de mis favoritos de siempre...
ResponderEliminarJaime Sabines:
Allí había una niña
En las hojas del plátano un pequeño
hombrecito dormía un sueño.
En un estanque, luz en agua.
Yo contaba un cuento.
Mi madre pasaba interminablemente
alrededor nuestro.
En el patio jugaba
con una rama un perro.
El sol -qué sol, qué lento
se tendía, se estaba quieto.
Nadie sabía qué hacíamos,
nadie, qué hacemos.
Estábamos hablando, moviéndonos,
yendo de un lado a otro,
las arrieras, la araña, nosotros, el perro.
Todos estábamos en la casa
pero no sé porqué. Estábamos. Luego el silencio.
Ya dije quién contaba un cuento.
Eso fue alguna vez porque recuerdo
que fue cierto.
(me transporta a mi niña... a mi infancia) :D
(cruzo dedos para ganarme tan lindo tesoro)
(felicidades tiene una pinta hermosa el libro) :D
Felicidades Unai! un trabajo precioso.
ResponderEliminarMuchas gracias y suerte a todos!
ResponderEliminarprecioso... como siempre!
ResponderEliminarmuchísimas felicidades!
Yo propongo un poema de Juan Carlos Mestre que me encantaría ver ilustrado por ti ya que creo que tiene muchos elementos que brillarían de forma especial en tu universo. El poema se llama "Libélula" y su autor es Juan Carlos Mestre.
ResponderEliminarLibélula
Yo tenía una libélula en el corazón como otros tienen una patria
a la que adulan con la semilla de los ojos. Verdaderamente
las especies de la verdad son cosas difíciles de creer,
extraños seres petrificados en la ternura como benignos nódulos
en la perfección de los huesos. En aquel tiempo
yo tenía el sueño de una libélula entre los juncos del corazón.
Cansadas como paraguas cerrados recogía las maderas auditivas
de un mar inexistente y con ellas construía algo parecido a una casa.
En aquellos días algo parecido a una casa eran las conversaciones,
palabras relacionadas con la pestaña premonitoria, gatos en los cerezos.
Yo desconocía los vínculos y toda oscuridad era para mí un obsequio,
un rumor de la eternidad que se prestaba como cuerpo desnudo a mi mano.
No era la boca del amor la que respiraba ese óxido, sino la imaginación
del amor como un sastre con pantalones verdes el día de la felicidad.
Verdaderamente las especies de la verdad son cosas difíciles de creer,
la ilusión del hombre es una luz que llega desde lo desconocido
mas no es él el dueño de esa invención sino el ruido de un rumor prestado,
la cámara del que guarda su placer en ella.
Yo tenía la costura de una libélula en el corazón
pero las hojas cerebrales hacían crecer mis manos hacia dentro
en busca de una palanca con la que desalojar la piedra del miedo.
Sin esfuerzo comencé a llorar al revés, a confundir los sentidos
que guían la gota gramática hacia una lengua extranjera.
Antes que me tomaran por un extraño ya que yo no era el dueño de esa invención
me alejé del optimismo de ser entendido por más de dos
y comencé a oír mis propias palabras como martillazos retumbando en un espacio vacío.
Era como si el tiempo hubiera dejado de durar,
era como si todas las obras imaginadas por un ciego se derritiesen al tacto,
como si la langosta hubiera descendido sobre los campos del espíritu.
Yo solo tenía una libélula en el corazón como otros son hermanos del vértigo
y llevan la aorta de las constelaciones acogida en sus sienes.
Está bien, las especies de la verdad son cosas difíciles de creer,
es probable que la invisibilidad y estos hechos
solo guarden relación con una libélula.
PD. Enhorabuena por ese trabajo
Leopoldo María Panero
ResponderEliminar"A mi madre (reivindicación de una hermosura)
Escucha en las noches cómo se rasga la seda
y cae sin ruido la taza de té al suelo
como una magia
tú que sólo palabras dulces tienes para los muertos
y un manojo de flores llevas en la mano
para esperar a la Muerte
que cae de su corcel, herida
por un caballero que la apresa con sus labios brillantes
y llora por las noches pensando que le amabas,
y dice sal al jardín y contempla cómo caen las estrellas
y hablemos quedamente para que nadie nos escuche
ven, escúchame hablemos de nuestros muebles
tengo una rosa tatuada en la mejilla y un bastón con empuñadura en forma de pato
y dicen que llueve por nosotros y que la nieve es nuestra
y ahora que el poema expira
te digo como un niño, ven
he construido una diadema
(sal al jardín y verás cómo la noche nos envuelve)."